Por Clara Inés Espí.
En coaching, decimos que estamos en la zona de confort cuando tenemos bajo control todos los aspectos de nuestro quehacer cotidiano. Tener bajo control significa que sabemos dónde nos movemos, podemos prever que va a ocurrir.
Se puede ser consciente de la necesidad de un cambio y no querer o no saber cómo hacerlo. Vivir en la zona de confort no implica hacerlo confortablemente.
Salir de la zona de confort significa alterar algún parámetro de nuestra cotidianeidad, enfrentarnos a una nueva situación. Muchas veces vivimos inmersos en rutinas sin darnos cuenta de que tenemos la posibilidad de diseñar otras nuevas y, sobre todo, que somos los únicos responsables de permanecer en ellas.
Ante la opción de no cambiar está la de acostumbrarse al cambio, asumir nuevos retos por pequeños que sean, acostumbrarse a crecer.
Todos tenemos sueños. Si no damos un paso adelante, no ya para llevarlos a cabo sino para estudiar las posibilidades, esos sueños morirán en nuestra zona de confort.
Si deseas salir de tu zona de confort y no sabes cómo, puedes buscar un coach profesional, te ofrecerá herramientas muy útiles y te acompañará durante el trayecto.
Este post lo inspiró un tweet de @FernandoLederer, plasmado íntegramente como título.
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